lunes, 4 de noviembre de 2013

BAJAWA

Pues eso, con la extensión de visa en el pasaporte, unos cuantos buceos en el logbook y las mochilas llenas de galletas nos fuimos a Bajawa, en el interior de Flores.  Nos chupamos unas buenas horas de autobús (7?) y nos costó encontrar alojamiento, pero la temperatura era tan agradable que hasta agradecí ir dando vueltas buscando hotel.  



El camino en bus, aunque pesado, fue muy bonito.  Flores es verde verde, incluso ahora que se supone que es el final de la época seca.  Pasamos arrozales en forma de telaraña, zonas de coco, árboles de anacardo, bananeros, costa.. Una pena no poder ir parando...

En Bajawa estuvimos cuatro noches (durmiendo con manta!!!) y lo pasamos muy bien.  El primer día, fue bastante improductivo.  Nos dimos unas vueltas por el pueblo y recuperamos energías de la paliza del día anterior.
Uno de los días subimos a Wawo Muda un volcán cercano donde también hay lagos en el cráter.  No tuvimos suerte, pues al final de la época seca suelen estar evaporados... 
A la vuelta tuvimos una mala experiencia: durante la subida al volcán nos siguieron unas mujeres y al bajar querían dinero... como no les dimos nada, un chico se picó y agredió a Pedro..

Al día siguiente contratamos un guía, Florian, para ir a visitar los pueblos tradicionales Ngada de alrededor y fue muy muy interesante. 
Visitamos Bela, Bena y Luba, 3 pueblos tradicionales bien hermosos rodeados de verde y con vistas al imponente volcán Inerie.  Nos hicieron mucha gracia las abuelas de los pueblos.  Sentadas en el porche de su casa, unas tejiendo, otras no, pero todas TODAS con la boca ASQUEROSA de betel!!Para los que no sepáis y podáis entender el por qué del asco, el betel es una semilla que mascan con una hoja y unos polvos blancos (que ya nos gustaría saber de qué son...) y es adictiva.  Mascan y mascan hasta que se les va haciendo una pasta roja que se les pega en los dientes y les deja los labios como si se hubieran puesto carmín y luego se hubieran dado un morreo de 10 minutos..   Vaya, que una abuela de esas es un encanto mientras tenga la boca cerrada, pero en cuanto sonríen...



También nos dimos un paseo por una plantación de café y comimos en casa del guía mientras le traían  medio cerdo (la mitad delantera, con cabeza y piel, recién matado) para no-se-qué celebración del día siguiente. Valió la pena contratar a Florian, se lo curró mucho y nos hizo pasar un día muy especial. 

Por la noche, Pedro y yo nos fuimos a una boda (el guía conocía al novio).  Comimos como reyes y hasta nos dieron una cerveza.  Pedro se bebió un vasito de Arak que sabía a algo entre rayos y mortadela de oliva.  Bailamos un poquito y para casa, que al día siguiente partíamos a Riung.

1 comentario:

  1. Hola Yolanda Y Pedro, cuanto me alegra vuestras aventuras y que envidia me dais, gracias por vuestras crónicas, las difrutos. Asta pronto besos mercedes.

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