sábado, 21 de diciembre de 2013

Muchos días en Sanur


De Maumere volvimos a Bali en avión, para encontrarnos con Miguel y Anna en Sanur. Allí hemos pasado muchos días disfrutando de las comodidades de la civilización y mandando currículums, ya que hemos visto que al parecer no podemos montarnos nuestro propio negocio. Tampoco vemos fácil que nos contraten en algún sitio, pero estamos intentando agotar las posibilidades antes de pasar a otra cosa, mariposa.
 En Sanur, siguiendo el consejo de Hugo, íbamos a cenar al mercado nocturno, y en la carretera de circunvalación descubrimos un chiringuito que se llama Sederhana, donde hemos comido de maravilla. Por si alguien le interesa, nos alojamos en Lila Homestey, bueno, bonito y barato.También hemos alargado nuestro visado y visitado al dentista. Todo un lujo de ofertas, Sanur. 


Un día alquilamos una moto y fuimos a visitar el templo Tanah Lot, al oeste de la isla. Es muy bonito, colocado entre acantilados, aunque a los monos del parque los vimos robar 2 gafas y un pendiente en un momento. Menudos elementos esos macacos.

Otro día fuimos a visitar la zona de Ulu Watu, al sur-oeste de Bali, también de acantilados muy chulos y playas para surfistas. Casi nos trasladamos allí, pues tenía muy buena pinta, pero como nuestros pasaportes se retrasaban no pudo ser. Este día nos pasó algo un poco desagradable. Donde alquilamos la moto empezaron a hacernos preguntas, que si teníamos el carnet de conducir internacional y en vista de que no lo teníamos nos dijeron que si nos paraba la policía le diéramos dinero para evitarnos problemas. También nos preguntaron por la dirección que íbamos a tomar, y a los dos minutos de salir un par de motos de la poli nos hicieron el alto. Estuvimos negociando el precio del soborno, fue realmente asqueroso.
 Estamos convencidos de que los que nos alquilaron la moto avisaron a la policía, muy feo. Aprendimos que si te piden el carnet internacional hay que decir que lo tienes en la habitación, y si te preguntan a dónde vas decir que vas a tomar otra dirección. A la vuelta de nuestro paseo nos pararon otro par de policias justo en la puerta de la comisaría, y allí mismo, delante de su superior, volvieron a pedir dinero. Uno de ellos iba hablando por el walki, hasta que le dijo al otro “que ya habíamos pagado” . Sólo tenéis que pagar (el soborno) una vez, dijeron. 



Entre tanto, Miguel y Anna se fueron a las Kómodo y volvieron, y luego se fueron a Alor y ya no nos vimos hasta que nos encontramos en Amed.

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