lunes, 4 de noviembre de 2013

ATRAPADOS EN LABUANBAJO


Hace un par de días Yolanda me sugirió que hiciera una contribución para el blog.. así que mientras cenamos una ensalada de tomate y unas patatas fritas a los pies del Kelimutu (sí, nos estamos dando un capricho) voy a ver que os cuento...

Llevamos en la isla de Flores 23 días, de los cuales pasamos 17 en Labuanbajo, ¡que no son pocos!
La mayoría de gente nos mira sorprendidos cuando se lo decimos y es que la verdad a nosotros también nos cuesta creer que nos quedáramos tanto tiempo ahí, pasando calor, bastantes ratos muertos y desayunando pancakes de plátano a diario (eso sí, de plátano entero :) )


Tuvimos un par de días bien perros, sin hacer mucho, encontrando refugio en el Mediterraneo, un restaurante italiano pijillo con internet y la mejor temperatura de todo Labuanbajo.  Lo bueno es que estábamos en compañía de Hugo :)
Uno de esos días nos fuimos a la playa más cercana, pero estaba tan sucia que no llegamos a remojarnos y el olor a animal muerto que nos llegaba nos hizo irnos bastante prontito... pero bueno, nos comimos un arroz delicioso :)  Esa noche nos fuimos de boda y ¡qué bien lo pasamos! ¡qué bien lo pasamos!
Al llegar lo primero que hicimos fue ir a saludar a los novios y su família ¡qué risa y qué vergüenza!  Pedro y yo llevábamos bolsas con cervezas y nos moríamos de risa pensando lo cutre que quedaba ir a saludarlos con ellas, jajaja.  Al final las dejamos en el suelo justo antes de subir a la tarima donde estaban.   Después del saludo de rigor, nos sentamos en una esquina con los compañeros de trabajo de Hugo, muy majos todos y todas.  Hicimos lo que pudimos para no reir demasiado mientras algunos de los invitados hacían discursos o se ponían a cantar a viva voz con el micro. “Joder.....” pensamos, la boda no estaba siendo lo que habíamos imaginado, pero la diversión también llegó: empezó el baile, nos bebimos las cervezas y unos chupitos de whisky y acabamos bailando mucho.  Otra vez: ¡qué bien lo pasamos!




El día siguiente moló mucho mucho.  Al mediodía nos encontramos con Hugo y fuimos a la isla de Bidadari a  bucear ¡mi primer buceo! ¡Oooohhhhh, como mola bucear! ¡qué sensación tan rara la de respirar bajo el agua! 55 minutos bajo el agua.  Me moló tanto que al final me he sacado el Open Waters con Hugo ¡qué gran profe!  Será por eso que los 17 días en Labuanbajo a mi no se me hicieron tan pesados :) ¡Qué suerte la mía!


 Otro día pillamos motos y nos fuimos los cuatro a Cunca Wolong, una catarata en un cañón muy guapo.  Hugo y yo fuimos los valientes y nos tiramos al río desde unos 10 metros de altura ¡qué yuyu!  Después nos hicimos fotos con TODOS los locales que habían ido a pasar el domingo ahí.  El trayecto en moto fue toda una aventura y comprobé que Yolanda es un as de las motos!

Aprovechamos que estábamos en Komodo y la temporada de mantas ha empezado para hacer un buceo los tres y lo flipamos viendo mantas, tiburones, tortugas y jardines de coral de todos los colores, coronándolo con un trekking en Rinca para ver a los famosos dragones de Komodo.
Yo hice 3 buceos más el día que ellos por fin consiguieron la extensión de su visado (la razón principal por la que nos quedamos tanto tiempo en Labuanbajo).



Poco más que decir de tantos días en Labuanbajo.  Bueno, no olvidar las cenas ricas ricas que nos pegamos en los chiringuitos del puerto alternando un día pollo y otro pescado.  Eso sí, cada noche unas berenjenas fritas y unos zumos para rematar. Quizás Pedro no lo disfrutó tanto... (le tocó cenar Cap Cay casi cada noche, jejej).




No hay comentarios:

Publicar un comentario